■Israel Mendoza Pérez
@imendozape
A más de un año de la salida forzada de Carlos Romero Deschamps de la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), las oficinas de Zaragoza número 15 y el control de las 36 secciones que conforma el sindicato petrolero se encuentran en un sospechoso impasse. Las disidencias como Petromex lanzan vítores pero ni control seccional ni un guiño formal de la cutroté concretan. No hay actos oficiales ni los legitima el gremio petrolero como su verdadero representate.
Las nuevas organizaciones que presumen tener el control del sindicato son tamaño liliputiense. La estructura es enorme y de grandes dimensiones para ostentar la fuerza que en algún momento representó el sindicato para el otrora partido en el poder. Aunque se rijan bajo los preceptos de Morena no son el brazo electoral que requiere el partido en el poder.
La presencia de Manuel Limón Hernández, diputado priista y secretario de Interior, Actas y Acuerdos ..