/COMUNICAE/ La industria de la construcción es uno de los sectores fundamentales para cualquier economía. Por ello, resulta impactante que la adopción tecnológica y de procesos siga siendo, en muchos casos, una asignatura pendiente. Mientras otros sectores han avanzado hacia gestión científica y basada en datos, la construcción parece aferrarse al pasado El apego a métodos tradicionales no es cosa de nostalgia en el contexto de la construcción, representa un riesgo tangible y significativo. Las prácticas anticuadas, basadas en la supervisión manual y la planificación reactiva, generan ineficiencias que se traducen en proyectos que se alargan, presupuestos que se disparan y, en algunos casos, compromisos de calidad y seguridad que no deberían ser negociables. Estos problemas no solo afectan la reputación de una empresa, sino que también dañan la confianza de los clientes y los inversores, y disminuyen la competitividad general del sector. Las cifras hablan por sí solas. La productiv..