El Partido Revolucionario Institucional, el PRI, ese partido fruto de la Revolución Mexicana está en manos de tal vez el peor dirigente de su histora. Alejandro Moreno Cárdenas quien manipuló los estatutos para perpetuarse en presidencia de la que piensa no alejarse.

Beligerante y con un discurso lleno de estridencia pero sin propuesta, ‘Alito’ piensa que puede derrocar a Morena, el partido y movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador que acumula y acumula poder desde que ganaron a la presidencia en 2018.

Erróneamente Moreno Cárdenas se sostiene en que sus berrinches ayudarán a recuperar la gloria pasada, pero en el camino no sólo ha perdido credibilidad y apoyo al interior del PRI, también ha hecho elecciones desastrozas como una alianza con el un PAN desequilibrado y un agonizante PRD para apoyar a una candidata como Xóchitl Gálvez, que si bien era una excelente opción para ganar la Ciudad de México, optó por competir por la presidencia. A pesar de la alianza, ‘Alito’ sólo usó los recursos para promocionarse él mismo y protagonizar los spots relegando a Gálvez quien ya libraba una contienda complicada.

Lleno de historias oscuras de corrupción ‘Alito’ ignora las señales y se aferra a un partido que él mismo asfixia, exprime con el contubernio de Rubén Moreira y su esposa Carolina Viggiano, pareja truculenta con sus fantasmas propios en Coahuila e Hidalgo.

Priistas o no, es triste ver que las opciones políticas se acotan y sobre todo por la ambición de quien cree que el apoyo de los jóvenes lo obtendrá con memes en redes sociales, con gritos e insultos al régimes y a quienes fueron sus aliados.

Alito es perseguido por escándalos pero en sus nuevos pasos va sembrando discordias que lejos de reconstruir al partido que dirige, lo sumerge en una crisis difícil de resolver…por lo menos mientras Alito siga al frente.