La infertilidad continúa siendo un reto creciente en el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 186 millones de personas enfrentan dificultades para concebir. En México, datos del INEGI indican que una de cada tres personas no logrará un embarazo de manera espontánea, lo que coloca al país ante una demanda cada vez mayor de servicios especializados.

Diversas condiciones médicas inciden en este panorama. El síndrome de ovario poliquístico (SOP) representa, según la OMS, la principal causa de infertilidad por anovulación y es responsable de alrededor del 80% de los casos. A ello se suma la endometriosis, que afecta a una de cada diez mujeres mexicanas en edad reproductiva, de acuerdo con la Secretaría de Salud. La tendencia a retrasar la maternidad —con una edad promedio para el primer embarazo que supera los 30 años— agrega complejidad a los procesos de atención.


Veinte años de cambios en la reproducción asistida

En este contexto, el Instituto Ingenes, con dos décadas de operación, ha documentado parte de la evolución que ha tenido la reproducción asistida en México. En sus primeros años, la fecundación in vitro (FIV) era el eje central de los tratamientos. La disciplina, no obstante, se ha transformado hacia un enfoque más amplio que incluye preservación de fertilidad, uso de gametos donados bajo protocolos regulados, y el empleo de técnicas de medicina regenerativa para mejorar la función ovárica y la receptividad endometrial.

La incorporación de herramientas de inteligencia artificial para apoyar la selección espermática y embrionaria es parte de esta transición, que ha permitido un mayor grado de especialización y análisis en los procedimientos.


Desarrollos tecnológicos y nuevos enfoques

Entre los proyectos impulsados por el instituto se encuentran tres líneas de investigación y aplicación clínica:

  • IVF MORE®, orientado a restaurar la función ovocitaria en mujeres con baja reserva o edad avanzada.
  • Ovagen, centrado en estrategias de regeneración ovárica.
  • Endogen, enfocado en favorecer la regeneración endometrial para mejorar la implantación.

El instituto señala que, con la aplicación de protocolos estandarizados y programas multiciclo, ha logrado tasas acumuladas de éxito de hasta 96%, cifra que supera los promedios reportados por el CDC y REDLARA, ubicados entre 20% y 28% por ciclo.

Desde su fundación en 2005, también reporta la atención de pacientes provenientes de más de 50 países, la formación de especialistas en biología de la reproducción, el desarrollo de tecnología propia y la participación en organismos como ESHREASRM y REDLARA, además del registro de más de 75,000 nacimientos.


México y el crecimiento del turismo médico en fertilidad

El avance de estas técnicas se enmarca en un fenómeno más amplio: el crecimiento del turismo médico. México ocupa el segundo lugar mundial en esta industria, detrás de Tailandia, y entre 12% y 15% del total corresponde a tratamientos de reproducción asistida.

Este sector se ha fortalecido por diversos factores, entre ellos:

  • Costos entre 60% y 80% menores respecto a Estados Unidos
  • La adopción de estándares internacionales
  • El desarrollo de procedimientos de alta complejidad

Estos elementos han convertido al país en un destino recurrente para quienes buscan alternativas reproductivas fuera de su lugar de origen.


Perspectivas desde el ámbito clínico

“La reproducción asistida no es solo una técnica, es un proceso que requiere ciencia, actualización constante y acompañamiento. Las tasas acumuladas reflejan que la planificación y la evidencia son claves para lograr resultados”, señaló el Dr. Jean Paul Sulaiman, Coordinador Médico del Instituto Ingenes.

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