Carlos Manzo es de los pocos opositores que levantó polvo en la época de la Cuarta Transformación. No se mezcló en grandes críticas que se diluían fácilmente por venir de personas incongruentes que critican todo, sin proponer algo. El reclamo de Manzo eran simple, apoyo para combatir al crimen en su entidad, en el municipio que gobernaba hasta la noche del 1 de noviembre, su última noche.

El alcalde independiente Carlos Manzo ganó la elección a pesar de que las encuestas lo colocaban en tercer lugar. Los datos se equivocaron porque el Movimiento Independiente del Sombrero obtuvo un triunfo contundente frente a Ignacio Campos, candidato de la coalición Morena-PT-PVEM, con una diferencia de 46 puntos.

Pronto su imagen creció al punto de pintar como un candidato fuerte a la gobernatura de 2027. A lo que él respondía que el 27 estaba lejano y lo ímportante por ahora era rescatar a Uruapan de la inseguridad y la corrupción enquistada tras varios años.

Simple y básico, mayor seguridad. La petición sencilla, el llamado a participar y apoyerle para acabar con grupos criminales en una entidad golpeada por décadas por la inseguridad. Pidió seguridad para él y su familia pues sabía que han asesinado a quienes levantan la voz para proteger a sus familias, su patrimonio, a sus comunidades asechadas por cárteles que extorsionan impúnemente a productores de limón, aguacate y de cualquier fruto del campo en Michoacán.

Directamente confesó en diferentes entrevistas y publicaciones de redes sociales que tenía miedo. Pidió a la presidenta Sheinbaum y directamente a Harfuch apoyarle e intervenir para frenar la inseguridad.

En su última noche a lado de su familia, y ciudadanos que celebraban el Festival de la Velas, aradeció a quienes se sumaron al festejo, envió bendiciones, no hubo discurso político, sólo habló de lo importante que son estos eventos para la economía. Cargaba a uno de sus pequeños.

Apenas el 8 de octubre hizo un llamado a las fuerzas federales a no retirar a elementos de la Guardia Nacional puees dejaban a Uruapan y otros municipios en la indefención.

Las primeras versiones de las autoridades, manejó que fueron 50 mil pesos lo ofrecido por su vida, eso le pagaron a los tres sujetos que arteramente lo mataron. Su asesinato se suma a otros en la entidad, Hipólito Mora, Bernardo Bravo empresario limonero que denunció la extorción y los intermediarios en la venta de cítricos y muchos otros hombres y mujeres que han levantado la voz en Michoacán.