En el prematuro juego del coqueteo y jaloneo por las candidaturas a gobernador, en los 17 estados donde habrá elecciones, en Zacatecas, Alberto Anaya, inamovible dirigente del Partido del Trabajo, alista una ruptura drástica con el monrealismo. El argumento de rechazar el nepotismo es la justificación, de los petistas en el estado, para cerrarle el paso al actual senador Saúl Monreal, en sus aspiraciones a la gubernatura del estado.
Anaya Gutiérrez encontró en el “candado” del nepotismo, impuesto por Morena, la llave de la negociación. Sin embargo, acostumbrado a enviar a sus esbirros a hacer el trabajo sucio, el dirigente petista mueve piezas, da órdenes y obliga a los Monreal a negociar desde este momento la candidatura de su interés. El anzuelo ya lo lanzó.
A través de Alfredo Femat, dirigente del PT en Zacatecas, el mensaje y la amenaza ya está en la mesa. Los petistas zacatecanos ya pusieron sus condiciones, encuestas claras, transparentes y respetar el acuerdo de cerrarle el paso al nepotismo. Con estos amagos, el histórico partido aliado de Morena tiene en sus manos la justificación para moverse según les convenga y el provecho que se obtenga en 2027.
Y es que al petista Alfredo Femat le dan foro o reflector y comienza a tejer el escenario para los comicios venideros. “A nivel nacional se mantiene el acuerdo de ir en alianza, aunque en Zacatecas no se apoyará a un Monreal para no ir en contra de la Presidenta”, expresa. Ese es el escudo del PT.
Mientras el PT critica que se adelanten los tiempos político-electorales, en la entidad bastión del monrealismo, también tiene entre sus filas a sus posibles aspirantes como la senadora Giovana Bañuelos aunque en las encuestas preliminares la ubican con un 4.1% por ciento de preferencias. Los números no le dan suficiente oxígeno para competirle a un aspirante por Morena.
Según el capítulo XXVIII, de los estatutos petistas, en el artículo 114, fracción “h” considera: “Se entiende por nepotismo el aprovecharse del cargo de dirección partidista, de representación legislativa, de representación en los Órganos electorales y en la administración pública para designar personalmente a familiares en cargos de dirección partidaria, candidaturas de representación popular, cargos en la administración pública, cargos en las legislaturas y cargos en los Órganos electorales”.
Sin embargo, la trampa está en las letras chiquitas y en la narrativa de los dirigentes petistas, ya que la negociación será más elevada. Alberto Anaya tiene en su poder el control de candidaturas, pues lo dicho por Alfredo Femat y Giovana Bañuelos es la advertencia de lo que viene al interior de la alianza que, cadavez, es más costosa para Morena.
Y es que Anaya cree estar en una posición de superioridad. La negociación con Monreal es más peleada y para el PT no es el mismo escenario de 2006 cuando Ricardo Monreal fue senador por el PT. Esa es la muestra y en el búnker de Anaya, la estrategia va por la institucionalidad a la Presidenta no al partido en el poder y eso marcará las posiciones a negociar.