El crecimiento marginal obtenido por el PT en las elecciones del 1 de junio, obnubila la dirigencia de Alberto Anaya Gutiérrez. A nivel local y nacional marcó distancia, y se llenó de soberbia. Esa vanidad política y el alejamiento de Morena tienen un costo. Anaya rompió el yugo y dejó de ser el aliado agachón, pero es una apuesta levada.
Sin embargo, la reciente denuncia penal contra el diputado federal Ricardo Mejía Berdeja, a quien acusan de incurrir en delitos electorales, negligencia en materia de seguridad pública, corrupción y colusión con el crimen organizado es parte del pago a la rebeldía petista.
En este caso, Anaya Gutiérrez adoptó, apapachó y le dio fuero a Mejía Berdeja por desistir en sus aspiraciones a gobernar Coahuila y agacharse frente a la candidatura de Armando Guadiana en 2023. La política de aceptar mendrugos, en ese momento, funcionó.
Sin embargo, Mejía Berdeja era mal candidato, pero estaba sobrado en ánimos. Durante la campaña se encontraba en tercer lugar de acuerdo a las encuestas de Demotecnia con un 12 por ciento frente al 55 por ciento de Manolo Jiménez. Aun con esos ínfimos números, Anaya negoció fuero para ambos y lo consiguió.
Ahora, tiene en sus filas a un legislador cuestionado y con un marcaje personal por los tropiezos en su pasado como subsecretario de Seguridad Pública federal en el sexenio pasado. El legislador autollamado Tigre está en la mira y el partido que lo arropa vive tensión.
Y es que, en la actualidad se debe corregir lo que en su momento, dejó pasar y toleró Mejía Berdeja, ya que durante su encargo como subsecretario se registraron más de 200 mil homicidios se disparó el huachicoleo, la extorsión y el derecho de piso. La mayoría de esos delitos son combatidos en la actualidad como parte de la estrategia de seguridad. Sus omisiones pasadas se corrigen en el presente desde el poder
Sin embargo, la actual situación en la que se encuentra el PT, por las omisiones de Mejía Berdeja, denunciadas por el PAN, beneficia a Morena, pues con ello se le ubica al dirigente petista en su realidad política e histórica. O regresa a sus orígenes de partido aliado incondicional o enfrenta solo, las consecuencias de darle fuero a Mejía Berdeja y cubrir sus faltas.
El PT está acorralado por la serie de yerros cometidos desde la dirigencia de Anaya Gutiérrez. La ruptura con Morena en los comicios de Veracruz y la incómoda presencia de Mejía Berdeja lo obligan a tomar una decisión trascendental. Llevar al límite su independencia del poder o deshacerse de su legislador.
La denuncia contra Mejía Berdeja es la señal clara para el PT, de que quien se quiere salir del redil del poder debe pagar consecuencias. Morena perdió en Coahuila por la atomización del voto generado por el petista Mejía Berdeja al actuar como opositor radical, y el tiempo de pagar llegó. La solución la tiene Anaya Gutiérrez y la lección es clara: vivir fuera del poder, es vivir en el error.