Los magros resultados de Morena en Veracruz activaron los radares internos, para detectar a quienes, desde el partido en el poder, jugaron un papel de doble agente a favor del PT. Las intrigas y traiciones ya comenzaron entre morenistas.
El petista Reginaldo Sandoval lamentó los resultados obtenidos por Morena en Veracruz y acusó de soberbia política a los dirigentes del partido guinda, al quebrar la alianza; de lo contrario “habrían barrido en la entidad”. El señalamiento, con jiribilla, abona al distanciamiento entre el PT y Morena y siembra la sospecha de la confabulación.
Morena admite sus recientes derrotas electorales, pero no soporta que se las hagan ver. Es el partido aplanadora actualmente, pero hay fisuras. En este tenor, Reginaldo Sandoval aprovecha el enfriamiento de la relación con Morena y desliza con sorna: “El PT tuvo un crecimiento exponencial”.
“Si hubiéramos ido juntos Morena, PT y Verde en Veracruz, hubiéramos barrido en Veracruz. Ganamos 212, pero perdimos contra PAN, PRI y MC 36 por no ir juntos”.
Aunque el PT a lo largo de un año mantuvo una marcada hostilidad con Morena. Sin embargo, desde hace 30 años, el PT no ha transitado por la vida democrática de manera independiente. Su vida política se sustenta en ser una rémora de los partidos con los que hace alianza. Morena no es la excepción.
Ahora, la ecuación se modificó por su insistencia en que es el partido representativo de la 4-T. Al menos, en sus jingles de propaganda oficial así se presenta. Eso le da oxígeno.
En Veracruz, las elecciones no fueron para Morena de un alcance arrollador. Ganó espacios, pero perdió aliados e incluso crece la sospecha de fuego amigo. Al menos a los oídos de Esteban Ramírez Zepeta, dirigente del partido en el poder, llegaron versiones de que desde el interior de Morena se apoyó a petistas e incluso emecistas. La traición fue interna.
Los señalamientos de doble juego apuntan al senador Manuel Huerta y al exsecretario de Gobierno de Cuitláhuac García, Eric Cisneros. La trama es más compleja por los intereses políticos y rebasar los lineamientos de Morena respecto a su decálogo ético-político tiene a una facción del partido con demasiada frustración. Otro componente es la lucha de poderes y la confrontación con la gobernadora que tensa la situación para Morena.
Esteban Ramírez Zepeta afirma que corresponderá a la Comisión Nacional de Honor y Justicia revisar el actuar del senador y del exsecretario de Gobierno durante la administración de Cuitláhuac García. No lo dijo directamente, que son parte de la debacle, pero formaron parte de un complot en contra del partido. Los resultados quedaron exhibidos.
Hay una corriente interna de Morena que ve en el PT la válvula de escape para superar las restricciones de nepotismo político y mantenerse afín al proyecto de la cuatroté. Esa es parte de la traición que se fraguó en Veracruz con miras a 2027.