La Universidad Nacional Autónoma de México publicó los resultados del trabajo realizado por investigadores del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM con diversas instituciones y académicos a nivel internacional, en el que advierten sobre el incremento de factores estresantes relacionados al cambio climático, las enfermedades, la contaminación y numerosos daños antropogénicos, o sea ocasionados por los hombres.
“De hecho los arrecifes de coral son los ecosistemas más diversos, con la mayor cantidad de especies que tenemos en el mar. Son muy importantes desde el punto biológico”, subrayó Lorenzo Álvarez Filip, investigador de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales en Puerto Morelos, Quintana Roo, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM.
Un reciente estudio en el que participaron investigadores del ICML –Álvarez Filip, Rosa Rodríguez Martínez y Anastazia Banaszak, titulado “Half of Atlantic reef-building corals at elevated risk of extinction due to climate change and other threats” (https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0309354)– busca alertar sobre la situación actual de los corales en el Atlántico, donde más de la mitad se encuentra en peligro.
“Cuando perdemos el arrecife o los corales, lo que empezamos a echar en falta son las especies que dependen de ellos y de las que nosotros dependemos, al menos en las costas; además, están generando una estructura tridimensional sólida que llamamos barreras arrecifales, las cuales son muy importantes en las regiones tropicales porque están protegiendo las costas del oleaje, el viento y las tormentas o los huracanes”, comentó Álvarez Filip.
El análisis, publicado por la revista especializada PLOS One, apunta que los corales constructores de arrecifes del Atlántico y los arrecifes de coral siguen experimentando un declive importante por el aumento de factores estresantes relacionados con el cambio climático, las enfermedades, la contaminación y numerosas amenazas antropogénicas.
“Las evaluaciones actualizadas sitúan entre el 45.88 y el 54.12 % de los corales someros del Atlántico en un riesgo elevado de extinción en comparación con las anteriores realizadas en 2008 (entre el 15.19 y el 40.51 %)”.
También señala: “Basándonos en proyecciones modeladas de la temperatura de la superficie del mar que predicen la aparición de graves eventos anuales de blanqueamiento en los próximos 30 años, incluimos 26 (de 85) especies en la lista de las que están en peligro crítico de extinción de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Cada una de ellas había sido insertada anteriormente en una categoría de amenaza menor, y este resultado por sí solo pone de relieve el grave peligro que los futuros eventos de blanqueamiento suponen para la supervivencia de los corales y los ecosistemas de arrecifes que sustentan”.
El gran daño del Cambio Climático a los arrecifes
Lorenzo Álvarez Filip, anotó que “Esta amenaza está ocurriendo a escalas globales. Es algo que estamos viendo en diferentes niveles, en distintas partes del mundo” e hizo enfasis en que “tristemente, el mar Caribe es probablemente la región más afectada por la pérdida de corales que hay. Es el ejemplo de lo más drástico que puede estar sucediendo. Si hay una región del mundo donde están cambiando los ecosistemas más rápido, en la que estos procesos de degradación son más acelerados, es precisamente allí”.
En la publicación refiere que las barreras de coral son una fuente importante de protección para las costas y los daños que hoy presentan son irreversibles, lo que representa además un peligro importante para las personas que habitas en esas zonas.
El daño económico de la pérdida de arrecifes
“Los arrecifes también son importantes productores de sedimentos, que para la gente común es la arena. Cuando las personas vienen a Cancún o a la Riviera Maya lo que buscan son estas playas de arena blanca; bueno, ésta básicamente consiste en pequeños pedacitos de arrecife que a lo largo de muchos años se han ido erosionando y la van formando. No tener los corales también implica de alguna manera empezar a perder esos beneficios, que percibimos como muy atractivos, muy visuales”, anotó Álvarez Filip.
“Desde el punto de vista de la actividad económica, también afecta a quienes dependen de la pesca –en lugares como el Caribe mexicano, Cancún, Puerto Morelos, Cozumel y Mahahual–, y un gran porcentaje de la economía local se basa en actividades turísticas en el arrecife, como la visitación (ir a hacer tours de snorkel, buceo, etcétera). Si empezamos a perder corales, se comienzan a mermar estos beneficios que abarcan un abanico muy amplio para los seres humanos. Por esto nos debe importar mucho lo que les está pasando a los corales”, argumentó.
El investigador de la UNAM recalcó que las actividades humanas están dañando en pocos años lo que a la naturaleza le costó miles de años crear.