El europarlamentario francés Raphaël Glucksmann afirmó que Francia debe devolver la Estatua de la Libertad a su país pues hoy Estados Unidos ya no representa los valores que motivaron al regalo del famoso monumento. En respuesta a esta declaración Karoline Leavitt respondió que “Gracias a Estados Unidos es que los franceses no hablan alemán en este momento”, haciendo referencia a la participación del ejército americano en la Segunda Guerra Mundial.
Esta discusión se suma a las muchas que se han generado a partir de la victoria de Donald Trump rodeado de un equipo que ha perdido toda diplomacia al responder a políticos internos y de otras naciones que critican las acciones de su administración. Leavitt, no sólo negó que Estados Unidos regresará la Estatua de la Libertad, sino que calificó como “político de bajo nivel” al francés y dijo que su nombre no se menciona.
Apenas hace unos minutos Raphaël Glucksmann publicó un hilo para responder a la vocera.
Queridos estadounidenses:
Como la secretaria de prensa de la Casa Blanca me está atacando hoy, quería decirles esto:
- Nuestros dos pueblos están íntimamente unidos por la Historia, la sangre que derramamos y la pasión por la libertad que compartimos, una pasión simbolizada por esta Estatua que fue ofrecida a los Estados Unidos por Francia para honrar su gloriosa Revolución.
- Como dijo el secretario de prensa de esta vergonzosa Administración: sin su nación, Francia habría “hablado alemán”. En mi caso, va más allá: simplemente no estaría aquí si cientos de miles de jóvenes estadounidenses no hubieran desembarcado en nuestras playas de Normandía.
- Nuestra gratitud a estos héroes y sus sacrificios es por tanto eterna.
- Pero la América de estos héroes luchó contra los tiranos, no los aduló. Era enemiga del fascismo, no amiga de Putin. Apoyó a la resistencia y no atacó a Zelenski.
- Celebraba la ciencia y no despedía a los investigadores por usar palabras prohibidas. Acogía a los perseguidos y no los atacaba. Estaba muy, muy lejos de lo que su actual Presidente hace, dice y encarna.
- Esta América, fiel a las maravillosas palabras inscritas en la Estatua de la Libertad, su América, vale mucho más que la traición a Ucrania y a Europa, la xenofobia o el oscurantismo.
- Todos en Europa amamos a esta nación, a la que sabemos que tanto le debemos. Resurgirá. Ustedes resurgirán. Contamos con ustedes.
- Y es precisamente porque estoy petrificado por la traición de Trump que dije ayer en un mitin que podríamos recuperar simbólicamente la Estatua de la Libertad si su gobierno despreciara todo lo que simboliza ante sus ojos, los nuestros y los del mundo. Fue una llamada de atención.
- Por supuesto, nadie vendrá a robar la Estatua de la Libertad. La estatua es tuya. Pero lo que representa es de todos. Y si el mundo libre ya no interesa a su gobierno, entonces tomaremos la antorcha, aquí en Europa.
- Hasta que nos volvamos a encontrar en la lucha por la libertad y la dignidad, seremos los continuadores de nuestra historia compartida y los protectores de nuestro tesoro: más que una estatua de cobre y acero, la libertad que simboliza.