La privilegiada ubicación geográfica, los acuerdos comerciales y la creciente capacidad industrial posicionan a México como una pieza clave en la economía de América del Norte y, por ende, del continente entero, dentro del dinámico tablero del comercio internacional México es ya un actor indispensable para la estabilidad económica regional. El reciente Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha sido un gran impulsor para fortalecer esta posición estratégica, con intercambios comerciales diarios que superan los 1,300 millones de dólares. Esto no solo permite la integración de cadenas de valor, sino que también impulsa la competitividad conjunta frente a los desafíos del mercado global, donde la sostenibilidad y la digitalización son esenciales. La competitividad de México radica en su capacidad de adaptación y en el talento de su gente. Su industria manufacturera, especialmente en sectores como el automotriz, aeroespacial y electrónico, no solo abastece a América del Nor..