Después de polémicas en el proceso de selección para el relevo en la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la CNDH, por fin se votó en el Senado de la República, donde Morena, como ha hecho en esta reciente legislatura, pasó la aplanadora sobre la oposición para imponer la reelección de Rosario Piedra Ibarra.
No importaron los argumentos ni las protestas de diferentes sectores que se opusieron a la continuidad de Piedra Ibarra, incluso de algunos miembros de Morena, quienes al interior no tuvieron más que sumarse a la votación a favor.
Adán Augusto defendió el proceso y reprochó a la oposición las acusaciones, acusándolos de ellos sí ser expertos en fraudes. Pero en varios videso se le ve ordenando la ruptura de la casilla para votar en anonimato además de solicitar a los otros senadores mostrar su voto para confirmar que su sufragio fuera a favor de Piedra Ibarra.
Aunque no se podría hablar de rompimiento entre Adán Augusto y Sheinbaum, la decisión podría ser un indicador de falta de coordinación entre los legisladores y Presidencia pues en pocas semanas se han tomado decisiones por las que la administración de Sheinbum será duramente cuestionada; otro elemento es el no respaldo a la evidente candidata de la Presidenta Nashieli Ramírez Hernández.
Lo siguiente es que las organizaciones mantengan el rompimiento con el órgano que teóricamente deberá velar por los derechos de los mexicanos en los próximos años, que su gestión sea cuestionada con más dureza, incluso que el sexenio anterior por ahora su imposición fue más que evidente y descarada.