Documento colaborativo de CyPress.
El término metaverso, contracción de la palabra metauniverso, pareciera ser un concepto nuevo y futurista exclusivo de los amantes de la tecnología, sin embargo, el primero en nombrarlo fue el escritor estadounidense Neal Stephenson en su novela de ciencia ficción Snow Crash publicada en 1992.
Aunque en la industria de los videojuegos tuvimos las primeras señales con los gamers más vanguardistas creando comunidades de avatares para jugar de forma remota, destacando la socialización de la Realidad Aumentada con la fiebre de Pokémon Go (2016) con millones de jóvenes con celular en mano por las calles cazando personajes de la serie animada japonesa; observamos el aumento en las ventas de las gafas 3D; el libro Ready Player One (2011) y su producción cinematográfica del mismo nombre (2018), fueron indicadores claros.
Otro antecedente, en esta ocasión como trabajo de relaciones públicas en la Ciudad de México (CyPress, 2016), fue el lanzamiento híbrido de la serie Halcyon del canal SYFY, de la pantalla de TV se “trasladó” a un grupo de influencers geek a un ambiente en 3D en donde podían prácticamente ser parte de la trama en 360 grados de la serie, misma oportunidad que podía ser experimentada por los televidentes o internautas con gafas 3D.
Sin embargo, fue en la parte más álgida de la pandemia provocada por Covid-19 que la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada comenzaron a socializarse en el mundo entero por la necesidad de encontrar nuevas formas de interacción e interconexión, sin salir de casa. El metaverso ganó preferencias de las personas y catalizó con la presentación de Meta por Marck Zuckerberg (octubre 2021). El metaverso es, en pocas palabras, un entorno virtual inmersivo y compartido en constante construcción, donde es posible la interacción social y económica (blockchain) a través de avatares libres de limitaciones físicas y geográficas, como parte de la evolución del Internet 2.0 con las redes sociales a la Web3 con la creación de comunidades.
Y, precisamente en la creación de comunidades o aldeas digitales como les llamamos en CyPress, es que el impacto es determinante en las relaciones públicas. “El espíritu de descentralización tecnológica rompe con los paradigmas para la creación de reputación, ya no es la organización, marca o celebridad la que decide -de manera unilateral- cómo quiere ser percibida, sino las comunidades las que crean una reputación digital a partir de las experiencias colectivas que se tenga en el metaverso y que impactará en el mundo real”, dijo Miguel Ramírez, director de CyPress.
Coincide también Ricardo Carreón, estratega de Web3 y experto en metaverso de René&Co.”en el metaverso son las comunidades las que crean las marcas y no las marcas las que crean a las comunidades como antes, como sucede en la web 2.0 y eso es lo primero que se debe comprender”.
Por otro lado, los creadores de contenido, el rol de los líderes de opinión, la adquisición de parcelas digitales para eventos, deben focalizarse en nuevas experiencias inmersivas mucho más intensas, realistas, agradables y creativas, las cuales ayudarán a las marcas a desarrollarse en este universo alterno, permitiéndoles entrar en las comunidades virtuales y así conectar mejor con sus audiencias, pues aquí cualquier persona puede comunicarse con otra, frente a frente.
La comunicación estratégica debe incorporar ya tácticas en plataformas como Roblox, Decetraland, entre otras y explorar con los Tokens No Fungibles (NFT, por sus siglas en inglés), así como crear productos que ya son necesarios para las comunidades del metaverso, como ropa, calzado para sus avatares o para hacer compras online desde el metaverso de productos que lleguen a la puerta de la casa físicamente o bien de disfrutar conciertos virtuales con las versiones digitales de las bandas reconocidas mundialmente.
Como relacionistas públicos y estrategas de comunicación, debemos entender primero lo que está sucediendo y para entenderlo, hay que meternos de lleno en la Web3, así como hicimos en las dos fases anteriores de la Web, con una mirada crítica, analizando pros y contras, para darle al cliente opciones para construir, exportar o ampliar su reputación digital 3.0 a la menor brevedad.
El metaverso además generará fuentes de empleo para profesionales como ingenieros de software, programadores, expertos en ciberseguridad, desarrolladores de videojuegos, artistas digitales con criptoarte, galerías virtuales NFT y, hablando en nuestra área hay oportunidades para narradores especializados en el metaverso, organizadores de eventos virtuales-digitales, así como especialistas en marketing virtual, entre muchos otros, así como millonarias inversiones alrededor del mundo.