Las tecnologías financieras, o fintech, impulsan ecosistemas financieros completos. Según el Informe LATAM Fintech 2020, elaborado por KoreFusion, Latinoamérica posee 1,075 compañías fintech que han recibido inversión en tres grandes categorías: pagos, préstamos y bancos digitales, las cuales concentran más del 95% del financiamiento para esta industria.
El uso de las fintech no está limitado a las instituciones financieras más tradicionales como bancos o agencias de seguros, sino que su espectro se abre a cualquier empresa con flujo de dinero que desee incorporar servicios de cobro, mensualidades a meses sin intereses, préstamos, etc.
La transición de modelos financieros tradicionales hacia esquemas basados en tecnologías ha propiciado mejores prácticas de parte de las instituciones financieras. Algunas de las ventajas de las fintech son mayor control sobre el dinero por parte de los usuarios, reducción significativa del tiempo de espera para la contratación de servicios, banca personalizada, contratación inmediata de préstamos y más servicios que favorecen la inclusión financiera.
Sobre este tema, algunas empresas, como la mexicana Finerio Connect, se han propuesto impulsar herramientas tecnológicas que ayuden a que las personas excluidas de los modelos tradicionales de la banca puedan acceder a servicios financieros.
“Las fintech optimizan las funciones, servicios y relaciones de la industria financiera con los usuarios. En los próximos meses, su papel será esencial para las prácticas financieras más simples, como la contratación de productos a través de una aplicación, pues se convertirán en el acompañante ideal de cada uno de nosotros”, Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect.
En México, de acuerdo con la Asociación de Bancos de México (ABM), más del 50% de la población adulta no tiene acceso a algún tipo de servicio financiero, lo que constituye un factor más en la inequidad de oportunidades relevantes para las personas, un reto que las fintech han asumido como propio.
El ecosistema fintech tiene a su favor un elemento clave que le está ayudando a crecer y consolidarse, se trata del open banking, es decir, el libre intercambio de datos e información bancaria entre diversas instituciones. Éste permite a las fintech, por una parte, personalizar la experiencia de los usuarios en las plataformas y, por otra, propiciar la inclusión financiera.
Esta comunidad de empresas con presencia en Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile suman capitales por $8,092.2 millones de dólares en total, una cifra que se verá rebasada en los próximos años ante el nacimiento de nuevas compañías con servicios financieros digitales.
Las fintech, al atender sectores que antes carecían de servicios financieros, son capaces de resolver problemáticas regionales con impacto global. De esta manera, los nuevos bancos nativos digitales (neobancos), las aplicaciones de finanzas personales, las plataformas de pagos electrónicos y hasta las criptomonedas responden a las necesidades del nuevo orden económico mundial.