Este viernes, el Programa Mundial de Alimentación (PMA), de las Naciones Unidas, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2020.
El Comité Noruego asegura que uno de los motivos fue por “actuar como una fuerza impulsora de los esfuerzos para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto”.
“Es la primera vez en mi vida que me quedo sin palabras”, aseguró David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, al enterarse del galardón.
El PMA recibe este galardón por “sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, su contribución para mejorar las condiciones de paz en las zonas afectadas por los conflictos y por haber impulsado los esfuerzos para no convertir el hambre en un arma de guerra”, declaró la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen.
Es el duodécimo Nobel de la Paz concedido a una organización o personalidad de la ONU o vinculada con Naciones Unidas.
El PMA fue fundado en 1961, tiene su sede en Roma y se financia únicamente por donaciones voluntarias.
El organismo asegura que distribuyó el año pasado 15 mil millones de raciones de comida y asistió a 97 millones de personas en 88 países.
Aunque las cifras pueden parecer enormes, representan solo una muy pequeña parte de las necesidades del mundo.
El PMA se autodefine como “la mayor organización humanitaria” en un mundo donde 690 millones de personas, es decir, una de cada 11 sufrían en 2019 de manera crónica la falta de alimentos. Cifras que sin duda han empeorado este año debido a la pandemia del coronavirus.
En total, 211 individuos y 107 organizaciones fueron candidatos al Nobel de la Paz este año.
El premio, que consiste en una medalla de oro, un diploma y 10 millones de coronas suecas (cerca de 1.1 millones de dólares, 950 mil euros) será entregado formalmente el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, el empresario y filántropo sueco Alfred Nobel (1833-1896), si las condiciones sanitarias lo permiten.