Francisco Domínguez Servién, gobernador de Querétaro, indicó que dio positivo a coronavirus.
“Les informo que este fin de semana inicié con síntomas compatibles con el #COVID19, por lo que acudí al servicio médico de salud pública a realizarme la prueba correspondiente”, escribió en Twitter.
En menos de 72 horas, este caso se suma al confirmado el pasado domingo por Adán Augusto López, gobernador del estado de Tabasco, y al anunciado el sábado por Omar Fayad, mandatario de Hidalgo.
Estos tres contagios son los de más alto perfil político hasta ahora en México, que este lunes sumó mil 094 enfermos y 28 muertos relacionados con el COVID-19.
Cabe mencionar que al menos tres diputados federales han anunciado que han contraído el virus.
Querétaro, ha registrado menos del 3 % de los contagios a nivel nacional, es un estado con poco más de 2 millones de habitantes que se distingue por tener uno de los mayores dinamismos industriales del centro del país.
Los tres mandatarios estatales han prometido que seguirán trabajando desde la cuarentena para combatir la propagación del coronavirus.
“Querétaro está preparado. Desde el primer minuto de esta crisis, diseñamos un plan para cada una de las etapas, apegado a la realidad de nuestro estado. En lo inmediato, he instruido a mi equipo de trabajo que la actividad se intensifique y el distanciamiento social se garantice”, indicó Domínguez Servién
El contagio del gobernador de Fayad, gobernador de Hidalgo causó controversia porque el pasado 18 de marzo estuvo en una rueda de prensa con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por otro lado, el mandatario de Tabasco es uno de los funcionarios estatales más cercanos a López Obrador, quien es originario de ese estado y también pertenece al Movimiento de Regeneración Nacional.
Cabe mencionar que el presidente rechazó esta semana hacerse la prueba al argumentar que no ha presentado síntomas, lo que no lo convierte en candidato a someterse al análisis.
Asimismo, en su rueda de prensa de este lunes expresó que, él no va a aislarse porque eso crearía un “vacío de poder” que podrían aprovechar sus adversarios políticos conservadores.