Desde que iniciaron las conferencias donde el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell inició la ronda de informes sobre el avance de casos detectados en México, se insistió en que nuestro país se adelantó en atender la emergencia, incluso y a pesar de la insistencia de muchos sectores que pedían agudizar las medidas gubernamentales, el Gobierno Federal dijo que todo estaba bajo control. Ciertamente la Organización Mundial de la Salud, reconoció que México está preparado para enfrentar el virus ya que hay un antecedente importante con el brote de Influenza en 2009, pero hoy se resiste a declarar que ya nos encontramos en segunda fase de contagio a pesar de que para la máxima autoridad en cuestiones de salud ya cambió el color de México en su mapa.
La razón en muy simple, cinco personas no recuerdan contacto con algún paciente infectado o no cuenta con antecedentes de viajes al extranjero, lo que significa contagios locales y no importados. Otra razón que ha sembrado la duda sobre las cifras oficiales del gobierno mexicano es la cantidad de pruebas realizadas. Si comparamos la cantidad de personas analizadas con respecto a otros países, México se encuentra muy por debajo de la media, lo que influiría directamente en las cifras oficiales.
De nuevo lo dicho por López-Gatell, de quien no se pone en duda la preparación y la experiencia, contradice las recomendaciones de la OMS. El primero sostiene que realizar las pruebas no es necesario, es mejor prepararse para la atención, mientras que el organismo afirma que para combatir y seguir la ruta de contagio son importantes las pruebas a todos los pacientes que acudan con síntomas. Tal vez el presupuesto puede ser la principal razón para no analizar a todos los pacientes el hecho es que de nuevo la resistencia del gobierno mexicano a aceptar las recomendaciones de instancias internacionales abren la discusión y divide la opinión de los ciudadanos.
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