Legionarios de Cristo revelan abuso sexual de 175 menores, 60 por Marcial Maciel

En su informe “Radiografía ocho décadas para erradicar el abuso“, los Legionarios de Cristo detallan cómo dentro del grupo eclesiástico fueron abusados sexualmente 175 niños, en su mayoría entre los 11 y 16 años, a manos de sacerdotes y seminaristas.

Una gran parte de los abusos cometidos por miembros de los Legionarios de Cristo ocurrieron en los seminarios menores (internados donde se forman a los futuros sacerdotes), en donde otros “90 alumnos fueron abusados por 54 seminaristas, de los cuales 46 no llegaron al sacerdocio”.

Por dichos internados han pasado unos 10 mil alumnos estables en décadas pasadas y fueron el ámbito más vulnerable para los abusos sexuales, de acuerdo con el Informe 1941-2019 sobre el fenómeno del abuso sexual de menores en la Congregación de los Legionarios de Cristo desde su fundación hasta la actualidad, difundido este sábado.

Además, reconoce el documento, en los centros educativos de la congregación (colegios, institutos superiores y universidades regidos por el modelo educativo de la Legión) siete sacerdotes, ya retirados del servicio, abusaron de 33 víctimas.

El grupo incluye también los al menos 60 que, según reconoce ahora la Legión de Cristo, fueron abusados por Marcial Maciel, el fundador de esta organización.

En cuanto a los 33 legionarios abusadores registrados, la Legión informó que seis fallecieron, ocho dejaron el sacerdocio, uno dejó la congregación y 18 siguen en ella, pero apartados de menores, según dice la organización. Entre estos curas pederastas, al menos 14 (el 42%) fueron a su vez víctimas de abusos dentro de la Congregación, informaron asimismo los Legionarios.

Según los Legionarios, el informe es fruto del trabajo de la “Comisión de casos de abuso de menores del pasado y atención a las personas implicadas” de la Legión, creada por el actual superior general de la congregación el 20 de junio de 2019, como parte de su esfuerzo para “asegurar el cumplimiento de las leyes civiles y eclesiásticas”, y “promover el acercamiento a las víctimas”, entre otras razones.

No obstante, el pasado 10 de diciembre, el obispo auxiliar de Monterrey y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Alfonso G. Miranda Guardiola, difundió un documento público en el que criticó a la Legión por otro informe emitido por la Legión de Cristo, el sobre el caso del legionario Fernando Martínez, cuyo historial de abusos fue ocultado por décadas.

Con palabras inusualmente duras, Guardiola, quien es el coordinador general del Consejo Nacional de Protección de Menores de la CEM, denunció que el documento de la Legión no se encontró “un acto concreto de justicia y reparación para las víctimas, ni quién actualmente, por parte de la congregación, asuma la responsabilidad de transparentar a los responsables del encubrimiento”.

“El informe se hace público para que tengan conocimiento de él los demás miembros del Regnum Christi, sus instituciones, y cualquier ámbito social donde están presentes miembros de la Congregación, para que tengan a su disposición información veraz y completa sobre los avances sobre este tema que les afecta”, escribieron los Legionarios en el documento, de 26 páginas y acompañado por estadísticas.

Además de ello, Guardiola pidió “a las autoridades de procuración e impartición de justicia que investiguen y deslinden las responsabilidades correspondientes por acción y omisión”. De igual manera, “se ha instado a las víctimas, no solo a presentar denuncias penales, sino también exigir la reparación del daño por las acciones u omisiones por parte de los directivos de la Congregación de los Legionarios de Cristo”.

La difusión del informe de la Legión llega asimismo cuando el papa Francisco ha vuelto a poner presión sobre la Iglesia para que se archive definitivamente la práctica de encubrir abusos. Tanto que, hace tan solo tres días, Francisco levantó el secreto pontificio en los casos de abuso.

Este informe confirmaría lo denunciado durante años por seminaristas que pedían la intervención de la iglesia y las autoridades para conseguir justicia y sobre todo el alto a las arbitrariedades contra más menores de edad. Pero hasta ahora la respuesta no se había obtenido a favor de los afectados, pues la iglesia usando todos sus recursos ocultó e hizo todo por acallar las voces que pocas veces encontraron eco.

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