Meses atrás ya se esperaba que la campaña y elección en el Estado de México que fuera un gran conflicto, pues en el país no hay bastión priista más importante que la tierra de Enrique Peña Nieto, el todavía presidente de México. El crecimiento de Andrés Manuel López Obrador hacia la elección presidencial del 2018 dio empuje a la candidatura de Delfina Gómez, la maestrita como la llamaron despectivamente tanto el PRI como el PAN. Pero el tema de este post no es analizar las campañas, pero sí hablar de un momento determinante en toda elección, el día D, el día de la elección y lo que ocurre después, el conteo y escrutinio de las actas. Este proceso, desde el momento en que se cuentan los votos y llenan las sábanas por parte de los funcionarios de casilla, hasta que la autoridad electoral da un resultado definitivo, es tiempo para crear todo tipo de teorías sobre fraudes, sobre todo en procesos donde la diferencia de votos es poca.
Es ya común que alrededor de las ocho o nueve de la noche, todos los partidos se llamen victoriosos, pero poco a poco cada quien toma una postura y acepta la derrota, por lo menos quienes quedan en tercer y cuarto lugar, en este caso el PRD con un Juan Zepeda sonriente, sabedor de ayudar a su partido que estaba en la lona, en una de sus peores crisis a nivel nacional, aceptó la derrota que no sabía a tal. Josefina, bueno, Josefina por segunda ocasión en su vida, debió enfrentar las cámaras y decir que las preferencias no le favorecían y en una especia de Deja Vu, rodeada por otros panistas aceptó la derrota, no sin antes, decir que a pesar de que fue una elección de estado, pudo rescatar algo de su dañadísima reputación. Pero del otro lado, los dos punteros de la elección con incertidumbre en los ojos y voz temblorosa salieron a proclamar la victoria. ¿A quién le creemos, a un Del Mazo con voz chillona levantando los brazos o a los morenistas sin su candidata afirmando que ganaron?
En el siguiente enlace podrán consultar un análisis sobre algunas irregularidades detectadas al momento de llenar las sábanas, así como el por qué existió confusión y suposiciones de un presunto fraude a favor del PRI por parte del IEEM.
Datos de consulta
Irresponsabilidad compartida
De lo que se trata este texto es decir lo que a todas luces ocurrió el 4 y 5 de junio, la incompetencia del IEEM y el INE para dar certeza a una elección, ahora manchada por la sombra de los sospechosismos y las teorías de la conspiranoia. Como en otras ocasiones, la gente no supo qué pasaba, pues mientras el PREP tenía una tendencia ganadora a favor de Morena, en conferencia de prensa el INE declaraba ganador a Alfredo del Mazo, resultado obtenido de un sofisticado proceso estadístico llamado Conteo Rápido. ¿QUÉ OCURRíA? Los analistas de todas las coberturas tratando de explicar el procedimiento para este resultado y usuarios de redes sociales denunciando de nuevo un fraude.
Vamos por partes, según la revisión que llevamos a cabo y no, no se trata del excel publicado por Revista Proceso, Sin Embargo y otros medios, se encontraron errores desde el llenado de las sábanas por parte de los funcionarios de casilla, sí, los ciudadanos que en otras ocasiones se indignaron al señalarlos como responsables del error del 2006. Ya se voluntaria o involuntariamente muchos de los errores vienen desde el momento en el que tanto los funcionarios de casilla como los representantes de partido firmaron un resultado erróneo. Ya sea por desconocimiento, falta de capacitación, confusión, prisa o todas las anteriores dieron pie a que el sistema del IEEM contabilizara de manera erronea los votos, sobre todo para las alianzas.
Las sábanas que llegaron a mano de los capturistas con errores llenaron el sistema de conteo con todo y errores, salvo aquellas que claramente el proceso les marcaba como descartables (que superaran la lista nominal, actas ilegibles o sin acta presente) de ahí que la falta de datos, la confusión y errores no contemplados en su sistema escalaran de nuevo a una publicación de resultados que dieron pie a todo tipo de especulación, con la publicación de las sábanas con datos diferentes a los que se mostraba en la tabla del PREP.
El IEEM y su personal así como los funcionarios de casilla cumplieron bien o mal con un procedimiento, un procedimiento que debe revisarse, que contribuye a dar seguridad a los ciudadanos de que su voto será respetado y que en los peores escenarios sólo causa confusión e incertidumbre.
Los partidos, todos, tienen la posibilidad de tener un representante de casilla que proteja y cuide sus intereses, existe también la figura de observador electoral, muchos ojos alrededor de una elección confusa, sospechosa a causa de una proceso plagado de equivocaciones por parte de todos quienes intervienen y aceptado por quienes observan y firman de conformidad.
De nuevo no se trata de decir, quién fue el mejor candidato, quién es o no corrupto, qué partido merece o no ganar, si la alternancia es o no necesaria, simplemente es demostrar con un texto más que una de las democracias más caras del mundo, con sistemas sofisticados, complejos procesos estadísticos, no sirve cuando más se requiere de certeza.
Todos fallamos
Morena no mandó representantes de casillas a todo el Edomex, hubo ausencias de funcionarios de casilla, con trabajos la mitad del padrón electoral salió a votar, en Internet irresponsablemente se compartieron notas falsas, los partidos no eligieron al mejor candidato para gobernar, sino al que se acordó políticamente, al que tenía mayor recurso económico o simplemente a quien alguien impuso, hubo medios que se dejaron llevar por la premura y difundieron mentiras, las casas encuestadoras de nuevo publicaron resultados a modo para tener contentos a sus clientes, pero el error más importante fue la apatía de los ciudadanos, los grandes ausentes en las casillas que no ejercieron su derecho y al mismo tiempo obligación dejando, de nuevo, que decidieran pocos el destino de todos.
4 mil 28 millones de pesos no garantizaron certeza al proceso, los órganos electorales no logran llevar gente a las casillas a pesar del gasto en publicidad, se ven rebasados por quienes difunden información falsa con sus logotipos, no hay control del gasto de los partidos, los recursos siguen destinándose para encumbrar a suspirantes a esta o la siguiente elección. Nosotros y la democracia quedamos mucho a deber.