Tras reconocer los serios problemas de exclusión laboral y política que enfrenta el sector femenino en México, la Comisión de Mujeres Empresarias de COPARMEX-CDMX hizo un llamado a no conmemorar con flores el 8 de marzo, sino a generar rutas que favorezcan el empoderamiento de la mujer.
La idea es buscar soluciones a los problemas de violencia y exclusión que enfrentan las mujeres en el país, como incentivar el emprendimiento y fortalecer las empresas creadas por mujeres, expresó Claudia Guzmán, presidenta de la comisión.
En este contexto, adelantó que desde la Comisión de Mujeres pusieron en marcha un programa de trabajo integral para beneficiar a mujeres productoras, emprendedoras y empresarias con el fin de fortalecer sus habilidades y competencias para el desarrollo de sus empresas como medidas de empoderamiento económico.
“Este año la Comisión contará con programas de certificación para las empresas como la Norma de Igualdad Laboral y no Discriminación; Certificación en Competencias Laborales y en Oficios no Tradicionales, así como el Fomento de Créditos y Financiamiento”, explicó la representante de las empresarias, quien reiteró, el 8 de marzo más allá de conmemorar una fecha alusiva a la condición de ser mujer es un recordatorio que demanda la urgente defensa de los derechos de las mujeres en todos los ámbitos.
Claudia Guzmán informó que durante abril también pondrán en marcha la primera generación de la Escuela Política para Mujeres COPARMEX, desde donde promoverán la participación activa y sostenida de la mujer en los procesos y jornadas electorales.
“Para nuestra confederación el empoderamiento femenino va más allá de la denuncia; se trata de invertir en el fortalecimiento de sus garantías económicas, que se vea reflejado en sus bolsillos y en el bienestar de sus familias, así como en la paz y el bienestar del país”, afirmó Guzmán tras recordar que más de la mitad del país está integrado por mujeres.
La titular de la Comisión de Mujeres Empresarias consideró necesario abatir 2 factores que retrasan el empoderamiento económico de las mujeres: la desocupación y la informalidad.
Explicó que la tasa de mujeres jóvenes que no trabajan, ni estudian, ni se capacitan, es de 35%, la segunda más alta de la OCDE y aun cuando ambos sexos enfrentan altas tasas de informalidad en México, hay una gran brecha de género, pues a principios de 2016, 49.7% de los hombres y 57.2% de las mujeres tenían empleos informales, no agrícolas y la tendencia para este año va a la alza.
Con el fin de revertir esta tendencia, expresó la necesidad de que las políticas públicas apoyen a las mujeres con deducciones fiscales y mayor apertura a créditos productivos con la visión y valor de emprender, así como que la autoridad fomente incentivos fiscales para que las empresas cuenten con guarderías o jardín de niños dentro de las mismas.
Y que la Secretaría de Hacienda explore la posibilidad de otorgar incentivos fiscales para las empresas donde ofrezcan contratar a madres trabajadoras, promoviendo la flexibilidad de horarios, laborar medio tiempo en la oficina y el resto desde casa, a fin de ayudar en el proceso de reconstrucción del tejido social, que permitiría a las mamás organizar con mayor calidad su vida en familia.
Estas soluciones tendrían impactos importantes en la productividad y la movilidad de la Ciudad de México. Todos, gobierno, empresarios, trabajadores y sociedad civil, dijo Guzmán, debemos cambiar el paradigma tradicional para generar diversas acciones que permitan a la mujer hacer compatible el mundo del trabajo, con el mundo de la familia, de tal forma que las empresas podamos ofrecer mejores condiciones para hacer permanecer el talento de las mujeres en el sector productivo.
Finalmente dijo que si México aspira al desarrollo no puede seguir ignorando al 50% de su población, “hoy estamos frente a una situación de desestabilidad tanto económica como social y el papel de la mujer para lograr restablecer las condiciones de orden y estabilidad es fundamental para proveer de soluciones a un país que exige respuesta inmediata frente a los mercados, la competitividad y el bienestar social”, concluyó.