Ayer se dio a conocer la muerte de la presidenta municipal de Cuautitlán México, Martha Flvia Fernández. Hoy ex alcaldes y el Presidente de Cuautitlán Izcalli, así como funcionarios, amigos y familiares montaron guardia de honor.
Con un texto publicado en su página de Facebook, dejó un emotivo mensaje en el que dice adiós después de cuatro años de su batalla contra el cáncer.
Decir adiós no es sencillo, no es fácil cerrar los ojos y hacer de cuenta que no está pasando nada en mi vida, al contrario de alguna manera son sueños que se han ido poco a poco.
Duele mucho decir adiós y más cuando me amaron y cuando yo los ame con todo mi corazón.
Hoy terminó mi importante misión en esta vida, luche incansablemente esta enorme batalla contra el cáncer, desde hace más de 4 años.
Una batalla donde el dolor del alma pudo ser incluso más fuerte que el dolor físico.
Fui muy afortunada por tener el amor incondicional de seres tan maravillosos que son cada uno de ustedes.
La enfermedad me hizo caer en más de una ocasión, pero el colchón de sus afectos y cariño siempre amortiguó de manera efectiva.
Nuestra vida es finita, vivan el aquí y el ahora.
“Simplemente vivan”
Olviden el futuro y éxito individual, piensen en el prójimo como el que necesita una mano, disfruten el calor del sol, la sonrisa inocente de un niño, de las carcajadas de nuestros amigos y de los abrazos sinceros.
Hoy termina mi maravillosa misión en esta vida, fue un placer ser su diputada local por el Distrito XIX, muchas gracias por todo su amor a mis amigos de Melchor Ocampo, Teoloyucan, Tultepec y Cuautitlán.
Siempre soñé ser presidenta municipal de mi querido Cuautitlán, y Dios me dio la fortuna de hacer lo que me apasionó: el Servicio Público y servirle a mi gente.
” MUCHAS GRACIAS CUAUTITLÁN”
Fui también hija, esposa, madre, hermana y compañera; gracias a todos los que me permitieron hacer estos roles, que junto con mi trabajo en el Servicio Público, fueron las cosas que más disfruté hacer.
Seguí la lucha hasta el último segundo, aprendiendo que el “hoy” es un regalo de Dios que no dura para siempre y por eso hay que vivirlo y sentirlo intensamente.
Servir, fue siempre mi vocación. Y encontré en ello las mayores satisfacciones, siempre lo hice con un gran compromiso y responsabilidad. Eso me llenó el alma y me hace partir satisfecha.
Los llevo en mi corazón y que Dios los bendiga a cada uno de ustedes.